Éxito de público en la primera conferencia del Club Opinión El Mirador, en la que Javier Nart analizó el papel de los partidos políticos en la sociedad
¿Cómo combatir la excesiva partitocracia reinante en España? La respuesta en opinión de Javier Nart es “con un tejido social potente y bien estructurado para exigir responsabilidades a nuestros representantes políticos tanto como a los cargos públicos”.
La conferencia que pronunció el pasado lunes en Benidorm el prestigioso abogado, escritor, excorresponsal de guerra y comentarista de radio y televisión fue un éxito rotundo de público, lo que provocó que el salón de actos de la casa consistorial se quedara pequeño ante la masiva afluencia de ciudadanos. Más de trescientas personas no pudieron acceder a la conferencia, a las que el Club Opinión El Mirador agradece su interés y pide disculpas. Nuestro agradecimiento también a los compañeros de los medios de comunicación que nos han ayudado a divulgar el acto.
El Club Opinión El Mirador se presentó a la sociedad benidormense el pasado lunes cosechando un éxito de acogida y participación que desbordó todas las previsiones iniciales. La presencia de Javier Nart como primer ponente del ciclo de conferencias “Buscando el equilibrio”, congregó a más de seiscientas personas a las puertas del Ayuntamiento de Benidorm, de las que apenas la mitad pudieron acceder al salón de actos para presenciar la conferencia sobre el papel de los partidos políticos en nuestra sociedad. El acto contó con la presencia del alcalde de Benidorm, Manuel Pérez Fenoll, el concejal de Presidencia, Manuel Agüera y otros miembros de la corporación municipal.
Bajo el título “Democracia o partitocracia”, Javier Nart hizo de su conferencia una reflexión sobre los mecanismos que propician el necesario funcionamiento de los partidos políticos y que, paradójicamente, son al mismo tiempo los que pueden pervertir la transparencia de los propios partidos para con la sociedad. La instalación en el poder, la visión de la política como una “carrera en sí misma” y no como un paréntesis de servicio público dentro de la carrera profesional de cada cual, son males que en opinión de Javier Nart provocan que “la clase política sea una de las categorías profesionales peor valoradas en nuestro país”, algo que debería cambiar.
Función más próxima al ciudadano
Para Javier Nart, tras casi treinta años de Constitución y con una democracia plenamente instalada en nuestra sociedad, los partidos políticos “no han alcanzado lo que deben ser”, ya que deberían tener estructuras más transparentes y convertirse en los vectores de comunicación con la realidad popular, en lugar de dedicar tanto tiempo a la gestión del poder en sí mismo.
Recordando la frase “Ocúpense de la política, o la política se ocupará de ustedes”, Nart criticó la excesiva preocupación de los partidos políticos por los intereses propios, por encima incluso de los intereses ciudadanos, hecho que se traduce en circunstancias tan en boca de la ciudadanía como nombramientos a dedo, concesión de cargos públicos, puestos de funcionariado excesivos para cumplir con la militancia, o excesivo staff de “asesores” de lo público: lo que el propio Nart definió como “el cortijo de agregados y afines”, que pueden llegar a conformar por sí mismos la “dictadura del secretariado” a la hora de mantenerse en las listas del poder, en las listas del futuro asegurado.
Obediencia al partido
Uno de los aspectos en los que realizó especial hincapié Javier Nart fue sobre la disciplina de voto en los parlamentes públicos instaurada en los partidos, a pesar de la libertad que confiere a los electos el artículo 67 de la Constitución Española. Según Nart la obediencia al “aparato de poder” del partido es una forma de pervertir la defensa de los intereses de los ciudadanos que han elegido a sus representantes en beneficio de los intereses generales de posicionamiento de un partido político por las razones que fuese.
Es el propio partido el que marca unas directrices de voto que los electos rara vez incumplen porque su fidelidad es, en primer lugar, para con el partido, y en segundo término para con la ciudadanía, algo que a todas luces debería ser a la inversa en tanto que se trata de un representante de los ciudadanos.
Nart, que considera que las diferencias ideológicas entre los grandes partidos políticos son casi inexistentes, aseguró que estamos en la “Sociedad del Consenso” con pequeños puntos de discrepancia ideológica. Y es en parte el microclima creado en torno a la actividad política el que separa a los representantes públicos de buena parte de los problemas reales de los ciudadanos. Javier Nart puso el acento en el actual problema de las hipotecas, un problema real de los ciudadanos cuya procedencia viene dada por la excesiva tolerancia del capitalismo para con ciertos movimientos macroeconómicos y cuya solución se toma favoreciendo en primer lugar a los más grandes y poderosos, y no a los más débiles y perjudicados.
Pago de favores
Las donaciones “generosas y altruistas” que reciben los partidos para su financiación también fueron objeto de crítica por parte de Javier Nart, que considera que son un conducto de poder a cambio de compensaciones posteriores desde las cuotas de poder que alcanza cada partido.
Del mismo modo, el papel de las televisiones públicas, la intromisión de la política en la gestión de los órganos de poder supuestamente independientes, como es el caso del Consejo General del Poder Judicial; así como la concentración de poder político en las Cajas de Ahorro para el control de la economía son elementos que vienen a subrayar la extensión del poder político más allá de su función propia de gobernar para los ciudadanos, cruzando en más ocasiones de lo deseable la barrera de lo correcto en busca de abarcar más y más cuotas de poder más allá de su propio cometido.
El excesivo sueldo que algunos políticos se ponen a sí mismos en determinadas administraciones, el carácter hereditario que parecen conferir algunos a su cargo o el aferrarse al poder como única profesión son males de la política actual que es necesario corregir, según Nart.
Soluciones
¿Y las alternativas para cambiar las cosas? Es en este punto donde volvemos a la reflexión inicial de Javier Nart: un tejido social potente y comprometido, capaz de exigir responsabilidades a los partidos políticos cuando incumplan sus promesas, cuando su gestión no sea transparente y cuando no prevalezcan los intereses ciudadanos. Un tejido social bien informado, con capacidad de movilización que empuje a los representantes públicos y a las estructuras de los propios partidos políticos al cumplimiento de su cometido sin excusas.
La sociedad civil debe asumir el compromiso de participar más activamente en nuestra democracia a todos los niveles, sólo así será posible cambiar la parte negativa de una clase política demasiado inmersa en la partitocracia.
LOS MENSAJES DE JAVIER NART
• “La política se ha convertido para muchos en una carrera en sí misma, sin tener ningún otro mérito que ser fiel al partido o tener nombre dentro de él”
• “La obediencia al aparato de poder del partido es una forma de pervertir la defensa de los intereses de los ciudadanos”
• “Existe un cortijo de agregados y afines, que pueden llegar a conformar por sí mismos la dictadura del secretariado a la hora de mantenerse en las listas del poder”
• “El cambio pasa por una mayor implicación de la sociedad civil para participar más activamente y exigir mayor eficacia a quienes ostentan el poder”